Índice de Plasticidad Fenomenológica

El IPF cuantifica cuán flexible, integrado y “vivo” es el campo fenomenológico de un sistema en un momento dado

José A. Sarmiento

11/20/20252 min read

¿Qué es el IPF (Índice de Plasticidad Fenomenológica)?

El Índice de Plasticidad Fenomenológica (IPF) es una medida cuantitativa diseñada para estimar el grado de flexibilidad, integración y capacidad de reorganización del campo mental emergente (Nivel E3 de la Teoría del Campo Mental Emergente).

Representa, en un único valor normalizado de 0 a 1, hasta qué punto un sistema neurocognitivo:

  1. Activa una red rica de patrones oscilatorios (arcos entre bandas lentas y rápidas).

  2. Mantiene variabilidad y adaptabilidad temporal en esos patrones (evita rigidez dinámica).

  3. Integra de forma equilibrada la información slow–fast, crucial para la emergencia de contenidos conscientes estables pero flexibles.

  4. Presenta diversidad estructural en su distribución de energía y conectividad (entropía fenomenológica).

  5. Sostiene una organización que no se colapsa en estados rígidos, ni se dispersa en estados caóticos improductivos.

Cómo se calcula el IPF

El IPF combina dos grandes componentes:

1) IFP_base

Derivado de métricas clásicas de dinámica cerebral:

  • R_arc: riqueza de arcos activos entre bandas.

  • D_temp: variabilidad temporal relativa (evita rigidez).

  • H_pheno: entropía fenomenológica del patrón de arcos.

  • Entropías adicionales cuando están disponibles.

Representa la estructura dinámica general del sistema.

2) IFP_bayes

Evalúa la calidad de la integración entre bandas según los arcos más informativos:

  • Activación relativa slow–slow, fast–fast, slow–fast.

  • Equilibrio entre dominios rápidos y lentos.

  • Riqueza y entropía ajustadas por integración efectiva.

Representa la coordinación slow–fast y la eficacia funcional del sistema.

Ambas partes se combinan en el IFP_total, con ponderación ajustable.

Interpretación del IPF

Escala general:

  • 0.0 – 0.25 → Campo rígido / empobrecido
    Baja integración, dinámica lenta, escasa variabilidad.
    Compatible con estados patológicos o hipoconectados.

  • 0.25 – 0.45 → Campo de baja complejidad
    Integra algo, pero con déficits en slow–fast o baja riqueza.

  • 0.45 – 0.65 → Campo moderadamente flexible
    Zona típica de muchos sujetos sanos o en reposo.
    Patrones oscilatorios razonablemente variados e integrados.

  • 0.65 – 0.80 → Campo altamente integrado y flexible
    Estados funcionales óptimos: buena integración slow–fast, diversidad estructural y variabilidad controlada.

  • > 0.80 → Campo excepcionalmente flexible / reorganizable
    Se observa en meditadores avanzados, estados de alta integración, o en sistemas muy equilibrados.